sábado, 31 de marzo de 2012

NOTICIA 2 ALINE RIBEIRO

Detenido un padre por castigar a su hija de 16 años sin salir de casa

02/03/2012 RIBEIRO, ALINE
Un matrimonio de Baeza ha sido detenido acusado de un presunto delito de detención ilegal hacia su hija.
Según informa «El diario de Jaén», los hechos ocurrieron el pasado 28 de febrero en la localidad de Úbeda, cuando una menor de 16 años, presentó una denuncia contra sus padres. Ellos encuentran en trámites de separación y viven en diferentes municipios. Por motivos que se desconocen, el padre de la joven decidió que no podía salir de su chalé. Por ello, la menor se puso en contacto con la Guardia Civil para denunciar la situación.
Con el Código Penal en la mano, los agentes tuvieron que considerar la posibilidad de que se tratara de una conducta delictiva que atentaba contra el deber familiar de proteger a un menor y así se lo comunicaron al padre. Y la madre, pese a no vivir en el domicilio –de hecho la menor había pasado con anterioridad unos días en su casa de Baeza–, fue considerada colaboradora al no oponerse al castigo.
El progenitor fue detenido. Con todo, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Úbeda decretó ibertad para el padre, aunque se está investigando si incurrió en un delito de detención ilegal. Aunque a partir de este momento , hay que constatar, mediante la investigación del juzgado, que los hechos se corresponden con los que la Guardia Civil ha denunciado. No en vano, no se descarta que el caso sea finalmente archivado.
La consejera de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, estimó ayer que, la menor está acogida en un centro de la Junta andaluza. También señaló que, siguiendo el protocolo, se está en conversaciones con los progenitores, para determinar si la menor se encuentra en una situación de desamparo o no, teniendo en cuenta que es menor de edad.

¿Malos tratos?
Varios vecinos apunta a que la menor habría denunciado malos tratos en la comisaría, porque, aseguraba, habría recibido una paliza. Sin embargo, afirman, más que un castigo, lo que pretendía el padre era ayudar a su hija, que está atravesando una situación complicada. Y, consecuentemente, la joven se puso en contra de sus padres.
Hace año y medio, el Código Civil permitía a todos los padres «corregir razonable y moderadamente a sus hijos»; pero el 28 de diciembre de 2007 se publicó en el BOE la Ley 54/2007 de Adopción Internacional que, en su Disposición Final Primera, prohibía expresamente el castigo físico por leve que sea.

Casos en los que un castigo familiar es confundido con un maltrato o incluso con un secuestro, tienen su origen en un punto concreto: La supresión en el Código Civil, por parte de la anterior mayoría parlamentaria, del poder de corrección de los padres, que está llevando a este tipo de equívoco.

De casa al juzgado

Se están judicializando cada vez más los conflictos familiares: hijos que denuncian a padres y padres que denuncian a hijos, son realidades que están a la orden del día.
El resultado final de que un adolescente denuncie a los padres es porque han sido educados con un sobreproteccionismo desmesurado y con muy poca exigencia en cuanto a responsabilidades y actitudes de esfuerzo. “El problema viene de atrás, ya que considero que entre padres e hijos tiene que haber una relación vertical, sin tener que estar justificando nuestras decisiones continuamente, ya que los niños no son nuestros iguales. Los adultos somos los que decidimos, somos los que tenemos el poder”, afirma Luis Santamarina, profesor de enseñanza secundaria.
La mayoría de los padres, al educar a un hijo desde que nace como a un igual, los hacen sentir fuerte y poderoso, y cuando crezca, pensará que tiene la verdad, que ellos son los mandan. “Ahí es donde tenemos situaciones como ésta, lo cual por cierto me parece intolerable, pero por desgracia sucede en nuestra sociedad, dice Luis.

Más casos
“Cada vez recibimos más casos en los que los hijos han perdido el respeto a los padres”, dice la psicóloga Hellen Brenda Sampaio. Sobre todo en esa franja de edad que va de los 14 a los 17 años. “Vienen a consulta con su propia idea de la justicia, repitiendo constantemente cuáles son sus ‘‘derechos’’, añade. La mayoría de los padres que se quieren comportar como amigos de sus hijos , demuestran una tremenda falta de límites.
Hoy, en nuestro país, conviven cuatro generaciones y tres de ellas han crecido con alguna que otra torta, pescozón, cachete o castigo sin mayores problemas. En general, un castigo no deja traumas. El trauma sólo ocurre en casos donde hay otros factores de mala relación.
“Tampoco justifico el castigo corporal, porque hay que respetar a los niños para que ellos te respeten a ti. Un buen castigo es el aislamiento, cortar la comunicación, y que el castigo desde muy pequeños sea inmediato, y cuando éste se levante no hay que volver al asunto”, explica Luis Santamarina.

Algunos padres intentan no aplicar el castigo constantemente a sus hijos, pero siente la necesidad de hacerlo en determinadas situaciones, –“yo, con mis hijos, muchísimo menos de lo que se lo han merecido”, opina Daniela Suárez, esta medida no deja buen sabor de boca a nadie.
La legislación en otros países

La ONU condena el castigo físico a los propios hijos, y la práctica está expresamente penada por ley en Suecia (primer país que lo abolió, en 1979), Finlandia, Dinamarca, Noruega, Austria, Chipre, Letonia, Croacia, Alemania, Israel, Bélgica e Islandia. En Francia, cada caso denunciado se estudia individualmente. Y en Reino Unido se puede dar, ocasionalmente, a los hijos un bofetón, siempre que éste no cause “moratones, enrojecimiento o daño mental”. El castigo físico, la tradicional disciplina inglesa, se prohibió en los colegios públicos en 1987; y en los privados, en 1999.

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