María, de 58 años de edad, sufrió un ataque al corazón una tarde en la que se encontraba sola en su casa. No tenía hijos y su marido, Gustavo, no se encontraba en casa para socorrerla, por lo que lamentablemente falleció en escasos minutos. María, a quien no se le había detectado ninguna anomalía en su corazón, no había escrito testamento. Agonizante y desde el suelo, grabó en el parquet "todo se lo dejo a Gustavo". Ante este caso, debemos considerar:
a) el grabado del parquet no se puede considerar testamento, aunque éste sea ológrafo, es decir, escrito de puño y letra por el testador.
b) es un testamento válido, ya que es otorgado en peligro de muerte, y es una expresa declaración de sus últimas voluntades.
c) es una sucesión intestada o "ab intestato".
d) ninguna de las anteriores es correcta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario