viernes, 30 de marzo de 2012

Noticia Jurídica 2

Reclama la herencia de dos parientes perdidos desde el siglo XIX
Nacieron hace 133 y 124 años en un pueblo leonés y ahora, el Juzgado de Villablino ha publicado un edicto para tener noticias de los dos hermanos, que abandonaron su casa en su juventud sin dejar rastro.
SANTIAGO| J.CRESPO
30 de marzo de 2012
Fotografía libre de derechos de autor.

El Juzgado de Primera Instancia de Villablino está tramitando la declaración de fallecimiento de dos hermanos de Caboalles de Arriba: Gabina y Fernando García Díez, que actualmente tendrían 133 y 124 años de edad respectivamente, según el edicto publicado por el tribunal lacianiego.Es posible realizar una presunción de muerte en un caso como éste. Como es un supuesto normal, se aplica el plazo temporal general; que precisa el transcurso de diez años sin noticias ni indicios de los desaparecidos”, nos comenta Juan Bris Marino, quien cursó Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y que trabaja de oficial de Registro de la Propiedad en el pueblo lucense de Viveiro.
Como se recoge en el edicto, ambos se ausentaron de su último domicilio en su juventud sin  dejar constancia de su destino,  y desde entonces no se tienen noticias de ellos. El impulsor de la declaración de fallecimiento es un sobrino, Javier Anglada, que se propone arreglar la herencia de unas fincas ubicadas en el monte. “Según el artículo 2042 del Código Civil, el sobrino puede instar la declaración de fallecimiento como interesado en la sucesión de los parientes ausentes, porque pasaron más de diez años desde las últimas noticias recibidas o porque no hubo ninguna noticia desde su desaparición”, nos explica Miguel Ángel Delgado Gil, licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y que ejerce de notario en Torróx, Málaga.
 Javier Anglada, logró reunir a los descendientes de cuatro de los seis hermanos de su bisabuela, pero no tuvo éxito para localizar el paradero de Gabina y Fernando. Al parecer, la familia García Díez se dedicaba a la ganadería y habían adquirido varias parcelas del terreno circundante al pueblo. Unas tierras que ahora el sobrino quiere escriturar a una condesa salmantina para meter allí el ganado. Aquel negocio familiar no prosperó y la mayoría de los hermanos emigraron a Argentina, como recogen los libros de la Iglesia consultados por el solicitante. Sin embargo, nada se dice de los dos hermanos desaparecidos, quienes debieron marcharse antes de cumplir los 18 años. Anglada, presentó la solicitud al Juzgado el verano pasado y espera poder tener noticias de algún familiar tras la publicación del edicto.
La sucesión  que reclama el sobrino, “es una sustitución a título universal o herencia; es decir, que afecta a todos los bienes de los ausentes con independencia del interés particular que tenga el que los recibe”, apunta el notario Miguel Ángel Delgado y añade que, “dado que hace más de un siglo que no recibimos ninguna noticia de Gabina y Fernando, y que estos se ausentaron en su juventud sin haber hecho antes su testamento, podemos afirmar que esta sucesión es intestada; puesto que no conocemos las últimas voluntades de los hermanos. Las disposiciones legales que se aplicarán en este caso, vienen reguladas en el artículo 912 y siguientes de nuestro Código Civil.” Además, conforme al  Código, hasta pasados 5 años de la declaración de fallecimiento, no se entregan los legados ni se permite a los herederos realizar disposiciones gratuitas (regalos, donaciones) de los bienes que les han sido atribuidos.
El Juez, es el encargado de ordenar la publicación de los edictos que dan a conocer la existencia del expediente para declarar el fallecimiento, en el Boletín Oficial del Estado. Así nos lo corrobora nuestra fuente jurídica, Miguel Ángel Delgado:Un Juez será el encargado de dictar “fallecimiento” a través de un auto que acredite todos los requisitos. Esta medida tendrá varias consecuencias legales; siendo la más importante de ellas la apertura del efecto sucesorio, que se regula mediante el artículo 196 del Código Civil.”
Sin duda, al sobrino de estos desaparecidos centenarios aún le quedan varios trámites por hacer hasta heredar esas parcelas de monte en Caboalles de Arriba; aunque no deja de sorprender el vacío legal que dejaron dos hermanos, el día en que decidieron abandonar su hogar,  hace ya más de un siglo. Un caso extraño y curioso en nuestro ordenamiento jurídico.

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