Vuelta al combate por
la custodia
Una mujer homosexual vuelve a los juzgados para
seguir manteniendo relación con su hijo, que fue engendrado por otra.
Martín Losón| Lalín| 31/03/ 2012.
Maribel Blanco, una mujer
de 60 años, comienza otra vez la lucha por la custodia del hijo que tuvo con su
pareja, otra mujer. Después de la ruptura, Maribel solo pudo conseguir un régimen
de visitas como “allegada” ya que la custodia era de la madre biológica. Pero
lo peor llega ahora, seis años después de la separación es incapaz de ver a su
hijo por culpa de la hermana de su expareja, ya que cuida ahora el niño después
de que la madre biológica entrara en prisión.
La relación de estas dos mujeres comenzó en
1995, pero no va a ser hasta 2003 cuando decidan tener un hijo después de ver
la relación fuertemente consolidada, por eso Maribel y su enamorada decidieron
tener un hijo, para ello su pareja, que era la más joven de las dos, se sometió
a un proceso de inseminación. Para tenerlo, consideraron que la mejor
residencia sería fuera de Madrid, por eso acabaron asentándose en Talavera de
la Reina, Toledo, a pesar de que Maribel siguiese yendo a la capital para
mantener su trabajo, he aquí la gran seriedad a la hora de mantener al nuevo
retoño.
En 2005 el Gobierno con José Luis Rodríguez
Zapatero al mando, aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta era su
oportunidad para regularizar la relación entre los tres miembros de la familia
aunque la madre biológica fue demorando el proceso señales que ya podían
explicar lo que ocurriría en 2006, su ruptura.
Tras la separación, la mujer consiguió media hora
dos días a la semana, fines de semana alternos y las vacaciones a medias, igual
que todas las parejas que se separan. Lo único que diferencia es que Maribel no
le pasa ninguna pensión, “por que su madre no quiere” según la mujer, así no se
puede demostrar la relación.
El problema llega con la entrada en la cárcel de
la madre biológica por apropiación indebida. La tía, que es la que se queda con
el pequeño, no permite que Maribel lo vea, por eso ella ha tomado la decisión
de denunciarla ante el juzgado número 1 de Talavera de la Reina, después de que
la tía no lo llevara varias veces al punto de encuentro.
Para esta madre es un verdadero calvario lo que
está ocurriendo, por eso se hace oír y
lo hace público. Ella, segura de que la justicia le dará la razón, no duda que
su hijo también lo está pasando mal, por que quiere ver a su verdadera madre,
ya que el pequeño en diferentes ocasiones confesó su tristeza al no ver a su madre.
El verdadero problema, discriminación.
“El caso
tiene una gran base discriminatoria, el no reconocimiento de este niño al nacer
de que tenía dos madres, si fuese así ambas tendrían el mismo derecho, y el
niño estaría con Maribel”. Estas son las palabras del catedrático de derecho
civil de la Universidad de Málaga de Derecho, Antonio José Quesada Sánchez que coincide
con la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y
bisexuales (FELGTB), al tachar de discriminatoria la vigente ley.
“A diferencia de las
parejas heterosexuales, el registro de los niños por parte de la madre no
biológica de una pareja homosexual puede resultar muy complicado. Si ambas
están casadas antes de iniciar el proceso, el trámite es, en teoría, el normal
en cualquier matrimonio: ambas pueden inscribirse en el libro de familia como
progenitoras del niño” nos dice una de las catedráticas de derecho civil de la
Universidad de Granada Concha Sánchez Salas.
“Sin embargo, en los casos
en que los niños nacieron antes de que se aprobara la ley, las mujeres tienen
que iniciar un proceso de adopción por parte de la madre no biológica. A
diferencia de las parejas heterosexuales, ya que el único requisito que se pide
es que lo reconozca como propio a la hora de inscribirlo” nos aclara
finalmente. Concha Sánchez Salas.
La catedrática nos comenta
las diferencias de la custodia en una relación entre mujeres, esto
fundamentalmente depende de si las madres se hubiesen casado antes o no, así
como en otras diversas diferencias como en los casos de fecundación asistida,
donde el hombre tiene que dar su consentimiento para que la esposa se someta al
proceso, y su paternidad se atribuye de forma instantánea, pero que no ocurre
con las parejas de mujeres.
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