El
juez admite la denuncia de la Fiscalía a sor María por robo de niños
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La
Fiscalía de Madrid archivó ya unos 150 casos porque tantos años después de los
partos los fiscales no encuentran indicios suficientes para el delito
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María
Luisa Torres y su hija Pilar, a la que ha conocido 29 años después de dar a
luz, declararán en el juzgado el 3 de abril.
Adriana
Freire | A CORUÑA. 20 Marzo 2012
El
juez Adolfo Carretero, titular del juzgado de instrucción número 47 de Madrid,
archivó recientemente otra denuncia por detención ilegal de niños. Sin embargo,
esta acusación de María Luisa Torres contra sor María Gómez Valbuena por
arrebatarle a su hija en 1982 está “muy bien fundamentada”.
Monja en una casa de acogida. Foto de archivo |
Sor María era la encargada de la asistencia social en la
maternidad de la clínica Santa Cristina de Madrid. Ofrecía su ayuda para madres
solteras, en teoría hasta que estas pudieran afrontar el cuidado de sus
pequeños completamente. Les facilitaba unas guarderías en las que dejar a los
niños, con un régimen de visitas totalmente abierto, hasta que las madres
solucionasen sus conflictos económicos o laborales y pudiesen llevárselos.
Era
conocida también como “la monja que daba niños” entre los matrimonios que no
podían tener descendencia y que habían fracasado en su pretensión de adoptar
por la vía de la legalidad. Este ha sido el caso de María del Carmen Rodríguez
y su marido.
El
proceso era el siguiente: cada pareja que acudía a sor María debería entregarle
a una mujer embarazada. Estas vivían en un piso en el barrio de Salamanca
(Madrid) y sus revisiones durante la gestación eran llevadas a cabo por el
doctor Eduardo Vela, mano derecha de la monja, en la clínica San Ramón. El niño
que María del Carmen recibiría sería, por lo tanto, el de una madre llevada por
otro matrimonio. De esta forma se ponían
trabas a estas madres si algún día decidían buscar a sus hijos. María del
Carmen abonó 50000 pesetas para los gastos del parto y la monja le comunicó que
tenían un niño para ellos.
María
Luisa Torres, divorciada, con una hija fruto de esa relación, embarazada de
nuevo y con una pareja que no quiso saber nada del bebé. Ante el estado de
desesperación en el que estaba sumida, acudió a sor María. Tras el parto, la
monja le dijo, primero, que el niño había muerto, y más tarde, que lo darían en
adopción. Para mantenerla callada amenazó con acusarla por adulterio y con
quitarle a su otra criatura. El miedo de María Luisa no le dejó ofrecer
oposición y se fue sin su hija.
María Luisa Torres y su hija Pilar. Imagen de Gorka Lejarcegi |
Pilar cayó en manos de una familia adoptiva. La niña se
empeñó en conocer a su madre biológica. Su padre adoptivo, Alejandro Alcalde,
inició un proceso de investigación que culminó en un programa de Antena 3, El Diario, en el que las pruebas de ADN
confirmaron que María Luisa y Pilar eran madre e hija.
La
monja octogenaria está citada en sus juzgados el día 3 de abril, aunque podría
acogerse a su derecho a no declarar, tal y como hizo cuando fue llamada por la
Fiscalía. María Luisa Torres confía en que sí hable y que su testimonio permita
resolver otros casos como el suyo. Tal y como manifiesta, “mi caso ha salido adelante porque yo he ido a
la fiscalía con mi hija de la mano, pero esto es una victoria de todos los
afectados porque yo confío en que al interrogar a sor María, se destape toda la
trama que había de robo de bebés y se pueda ayudar a otros”.
La Plataforma de Afectados de la Clínica San Ramón manifiesta que " existen varios fiscales que saben que existió el "robo de
bebés". Sólo necesitan pruebas. Cuantas más denuncias tengan en la
Fiscalía, más probabilidades tendremos. Desde esta plataforma rogamos a todos los afectados que, por favor, denuncien".
Por otro
lado, el abogado experto en bebés robados y también víctima de una adopción
irregular, Enrique Vila Torres,
explica la delgada frontera: "Hace 40 años era necesaria una
renuncia expresa de la madre al niño para darlo en adopción –a pesar de que podía
acogerse al derecho de no revelar su identidad– aunque también se consideraba una
´renuncia tácita´ el hecho de que la progenitora no lo reclamase en seis meses",
explica el letrado. "La duda en estos casos es si la madre lo entregó
voluntariamente o no; porque muchas veces, tal y como ocurrió en el caso de María Luisa, eran coaccionadas", explica. “El único modo de salir de dudas, tristemente, es hallar a la madre biológica.
Muchos casos se confirman, entonces, como bebés robados”.
“Los
juzgados alegan la prescripción porque hace 40 años que se cometió el delito,
pero el delito sigue ahí. La opinión pública debe hacer fuerza y cada afectado
en cada provincia debe denunciar en los juzgados de Instrucción y en la Audiencia
Provincial si es necesario”, decía Enrique Vila.
“Lo más
triste es que cuando hay una adopción puedes saber que eres adoptado y quien es
tu madre biológica pero cuando ni siquiera la hay y se saltan todos los trámites legales
(certificados de nacimiento, partidas de defunción…) en un robo, se puede
realizar una adopción legal o directamente ser denominado como hijo biológico
de una mujer que nunca ha estado embarazada”, sentencia.
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