sábado, 31 de marzo de 2012


La mayoría de edad para abortar se establecerá en los 18 años

Con el cambio de gobierno se ha reabierto la cuestión del aborto. El ministro de justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha declarado que se volverá a la ley de supuestos, aunque aún no se ha precisado cuales serán aquellos casos en los que se permitirá abortar. Esta nueva reforma, que presenta semejanzas con la ley de 1985, derogada por la actual, no permitirá abortar a las jóvenes de 16 o 17 años sin la autorización de los progenitores. El PP ve esencial el consentimiento paterno como medida de protección de las menores  ya que es necesario que cuenten con su  asesoramiento.  

La reforma que pretende llevar a cabo el gobierno vigente, supondría un cambio en la legislación actual, apoyada por el PSOE y los grupos de izquierda, que establece la mayoría de edad para abortar en 16 años, lo que permite que las mujeres de 16 y 17 años puedan tomar la decisión por sí mismas, si bien es obligatorio que los padres sean informados de dicha decisión.

 Andrés Domínguez Luelmo, catedrático de derecho civil, declara que “lo más coherente es siempre hacer depender la decisión de la voluntad de la menor madura. Lógicamente, cuando se considere que la menor no tiene la madurez suficiente, es en todo caso necesaria la intervención de los titulares de la patria potestad o del tutor. Pero para la prestación del correspondiente consentimiento por sustitución, no pueden imponer sus propias convicciones religiosas o ideológicas, dado que el art. 9.5 dispone que la prestación del consentimiento por representación tiene que ser adecuada a las circunstancias y proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre en favor del paciente y con respeto a su dignidad personal.”

Pero ¿puede una mujer de 16 años ser lo suficientemente madura para tomar por sí misma una decisión adecuada? El profesor de la Universidad de Oviedo Miguel Arenas Martínez cree que sí. Opinión compartida por la profesora Cecilia Díaz Méndez que manifiesta que aunque “a esa edad es posible que nos encontremos con diferentes grados de madurez, derivados del entorno familiar y social en el que se desenvuelva la joven, esta es absolutamente consciente  de sus actos y si tiene capacidad para tener relaciones sexuales  voluntarias también tiene capacidad para asumir la responsabilidad que comporta.”

Al mismo tiempo, el profesor Miguel Arenas establece que si una menor se ve obligada a tener un hijo  por no contar con el permiso de sus padres para abortar, puede acarrear consecuencias negativas para ella. En este sentido la profesora Cecilia Díaz señala que “es un error cerrar la posibilidad de que los padres  participen en la decisión”  pues pueden ayudarla a valorar las distintas opciones; sin embargo la decisión final debe ser de ella aunque sea contraria a la de los progenitores. “Es una decisión demasiado importante para que la tome por ti otra persona.”

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