Un
desaparecido arousano se convierte a ojos del juez en la víctima de
un homicidio
Fernando Caldas, desaparecido hace ocho años, podría haber sido víctima de un asesinato por parte de los miembros de la banda de narcotraficantes a la que supuestamente pertenecía
Álvaro Inglés Paz | A Coruña | 31-3-2012
Fernando
Caldas desapareció el día 16 de julio de 2004 sin dejar ni un solo
rastro de su paradero. Lo único que se supo de él antes de perderle
la pista fue que alertó a un amigo a través de dos
mensajes. En el primero informaba de su secuestro y en el segundo que
sus raptores lo estaban metiendo en un Audi A-3 blanco y pedía que su
amigo avisara a un tal Migui.
Tras
ocho años el caso llega a la Audiencia Nacional como asesinato, aunque el cuerpo no haya sido encontrado. El instructor afirma
que los indicios apuntan a que el desaparecido fue secuestrado,
asesinado y enterrado en cal viva, explicando la desaparición del
cuerpo. La víctima ya se considera cadaver dado que se realizó su declaración de fallecimiento un año después de su
desaparición, conforme al art.
193 del Código Civil que establece que se relizará la
declaración de fallecimiento de la persona que se encontrase en
“riesgo
inminente de muerte por causa de violencia contra la vida“ a la hora de su desaparición y no se tenga noticias un año después. El móvil del crimen habría sido un problema interno
de la banda de narcotraficantes de la que supuestamente formaba parte.
Entre los procesados que se sentarán en el banquillo de los acusados
se encuentran el amigo que recibió los mensajes y Migui.
Las
acusaciones son variadas, como un supuesto delito de asesinato y
detención ilegal por parte de los arousanos Jorge Durán Piñeiro,
Rosa María Charlín Martínez, Miguel Ángel Fernández Rodríguez,
Juan Marcos Vigo Fernández, Marco Fernández Rodríguez, Juan Berbel
Briones, Roberto González Cuevas y Manuel Pazo Taboada. En el caso
de Miguel Ángel Fernández Rodríguez y Jorge Durán Piñeiro
también se les imputará un delito contra la salud pública mientras
que a María Vilas Soliño y Juan Rodríguez González se les
imputará un delito de encubrimiento.
El
juez Eloy Velasco supone que Juan Durán era líder de una banda de
narcotraficantes que seguía dirigiendo desde la cárcel, donde
cumplía condena por tráfico de drogas, y ordenó a Miguel Ángel
Fernández Rodríguez que acabase con Fernando Caldas dado que temía
que su comportamiento ostentoso pudiese acarrear problemas a la banda.
Artículo original: La Opinión A Coruña - La desaparición de un arousano llega a juicio ocho años después
Video:
Elaboración propia, realizado como resumen y presentación del tema
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