jueves, 15 de marzo de 2012


LOS AFECTADOS POR EL CIERRE REPENTINO DE UN GIMNASIO SANTIAGUÉS SE ACERCAN CADA VEZ MÁS A UN ACUERDO ECONÓMICO.

Congregados en una asociación, han optado por no ir a juicio y tratar directamente con la abogada del propietario.

Santiago, 10 de marzo de 2012.

Santiago, 10 de marzo de 2012.

El gimnasio está situado en la Avenida Mestre Mateo
 en Santiago de Compostela (Fotografía de Adrian Lorenzo)
Después de casi tres meses de reuniones cargadas de tensión, los perjudicados por el cierre repentino del gimnasio Factory Fitness a finales del pasado año, parecen haber llegado a un acuerdo con la abogada representante de Alberto Lorenzo, dueño del establecimiento. En un principio abonará un porcentaje de entre el 50 y el 55% del dinero de su matrícula a los dos tercios de los casi 400 socios con los que contaba el centro deportivo compostelano.
Pongámonos en antecedentes para comprender lo sucedido. A finales del pasado año, todos los socios recibieron una carta en la que se indicaba que el gimnasio, en funcionamiento desde hacía más de diez años, iba a cerrar sus puertas de forma definitiva en los siguientes 20 días. Prácticamente al instante se organizó un enorme revuelo entre los afectados, ya que algunos de ellos habían renovado su matrícula en los días previos.
Para Fernando Pérez Álvarez, doctorado y profesor de derecho de la Universidad de Salamanca, el primer paso a seguir en casos como este es la “revisión de la “letra chica” del contrato, para comprobar que no se hacía referencia a lo acontecido en el mismo”. Una vez comprobado, el siguiente paso a seguir sería ponerse en contacto con el responsable, aunque en el caso que estamos relatando, no fue tarea sencilla ya que no dio señales de vida en los días siguientes.Transcurrido un tiempo y bajo la insistencia del grupo de afectados, los remitió directamente a su abogada, cuyo despacho se encuentra en la calle República Arxentina de la capital gallega. Aunque hemos intentado contactar con ella para que nos expusiese los argumentos y motivos de Lorenzo, no hemos obtenido respuesta alguna.
Una vez comenzadas las reuniones, la única solución que les proporcionó en un primer momento es la de “traspasar” su contrato a otro gimnasio, de considerable menor calidad y con la obligación de firmar un contrato de permanencia el doble de largo en él. Bajo la amenaza de llegar a los juzgados, no tuvo más remedio que disponer una serie de reuniones entre su abogada, Ana Villar y los damnificados.
La catedrática de Derecho Penal de la Universidad de A Coruña, Patricia Faraldo enfoca el caso de la siguiente manera: “Sería necesario probar que cuando pasó la cuota anual de pago ya tenía la intención o al menos sabía que iba a cerrar próximamente. Si no se puede demostrar, habría que acudir a la vía civil”. En cualquier caso, se trata de “ una falta si el precio de la matricula no asciende a los 400 y un delito si sí lo hace”.
En lo que ambas fuentes están de acuerdo es en que el propietario de Factory Fitness ha cometido tantos fraudes como clientes ha dejado “en la estacada”, y ofrecerles la mitad de lo que habían pagado no es una solución completamente válida por lo que los afectados deberían de exigir más o ir a juicio, ya que “la irregularidad con seguridad tendrá repercusiones” dice Pérez Álvarez.
Habrá que esperar para saber si el asunto se zanja definitivamente después de la primera oferta del propietario o si seguirán las negociaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario